Después de un tiempo los padres de Veto le compraron una mascotica, él se puso muy feliz le puso por nombre Mayo. Ya pasado un poco de tiempo, Veto ya olvidaba a su hermano y se encariñaba con Mayo, por que este le dio toda su alegría y eran inseparables… tenían que estar siempre juntos.
Mayo dependía de todos sus problemas y ataques, pero un día los padres de Veto lo enviaron a comprar algo a la tienda y él se fue con Mayo, cuando pasaban por una casa salieron tres perros grandes y se formo la trifulca que los puso a correr. los dueños de la casa inmediatamente salieron a ver qué sucedía, ya era demasiado tarde, Veto y Mayo estaban muy mal heridos.
Veto fue llevado al hospital pero Mayo no, se quedó solo en la calle vagando, buscando a su amo con desespero. En medio de su búsqueda Mayo se tuvo que enfrentar a –perros más grandes que él, en un momento uno de sus enemigos lo ataco, Mayo corrió y cayó por un precipicio. Arrastrándose y con muchos dolor, en la lejanía escuchó una voz que lo llamaba, ¡era Veto! Pero Mayo ya no tenía fuerzas para levantarse, estaba muy mal y cayó rendido. Veto, de casualidad volteo su mirada y vio un bulto tirado en el suelo, muy mal herido, enseguida reconoció que era Mayo, entonces lo levantó, se lo llevó a casa y lo cuidó hasta que se pudo recuperar para hacer nuevas travesuras. Veto y Mayo fueron se sintieron muy felices por volverse a encontrar y no se separaron jamás.
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